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martes, 26 de octubre de 2010

Donde el drama comenzó

Dormí una noche de verano del noventa y cinco y desperté siendo otro. Soñando quería descansar y al despertar comenzó el drama.
Dormí una noche del dos mil diez y me soñé con un dedo de más. Sólo en los sueños, porque son sólo sueños, puede uno sentir que algo le sobra. Al despertar tuve que reconocer que ese dedo de más no le pertenecía a mi cuerpo. No me sobraba nada... despertar es desengañarse.
Hay otro yo que no soy yo que quiere brotar de mí y que comenzó a desprenderse de mi cuerpo por uno de sus dedos. Tengo la ligera sospecha de que se trata de aquel que fue a dormir en una noche de verano del noventa y cinco.

jueves, 14 de octubre de 2010

Mítico rescate

Rescate es una palabra que me llega con sus ecos desde Chile, un páís del que no puedo estar seguro si sé o no sé. Desde que el conocimiento no exige que haya presencia; a la existencia y peculiaridades de este país como de casi todos y en realidad de la mayoría de los lugares e individuos del universo, más les tengo afecto que conocimiento. Sin embargo hay dos cosas en las que creo fervientemente, sin las cuales ahora mismo podrían el mundo y la realiad caer en pedazos: en los mitos griegos y en el rescate de los treinta y tres mineros chilenos.
I
Cuentan que Gea y Urano eran primero. El muy cabrón de Urano yacía sobre Gea y copulaba con ella todo el tiempo. De tal cópula nacieron los titanes, los cíclopes y los hecatónquiros. Entre los titanes se contaba Cronos, quien ya estaba hasta la madre, porque en ella vivían encerrados él y sus hermanos. Con ayuda de los hecatónquiros castró a su padre, que muy austado y dolorido se alejó de Gea. El amor de ambos es el que hay en el Cielo y la Tierra, sin relación sexual.
II
Cuentan que treinta y tres mineros chilenos, como parte del trabajo que les daba de comer a ellos y a sus familias, se encontraban golpeando a la Tierra por dentro para desgastarla y sacarle algún material valioso o útil -el mundo gira por las cosas valiosas que hay en él, parece girar mejor en las partes donde las hay más. En un día que debió ser como cualquier otro, quedaron atrapados. Tiempo después también estaban hasta la madre porque llevaban casi setenta días encerrados en ella, embarazándola. Los hecatónquiros que, no se sabe cómo, estaban en la superficie, penetraron la Tierra con un taladro metálico que no estaba unido al cielo y sacaron a los muy felices y ahora famosos mineros. ¿Y la relación sexual?