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jueves, 10 de junio de 2010

Producir

La gente productiva es la que hace algo. ¿Qué es hacer algo?
Decir palabras, escribir letras y números. Si acaso, creo que los que hacen algo son los obreros, que juntan piezas con sus manos -materia: sólidos, líquidos y gases. Los ladrones roban cosas, los banqueros cuentan dinero, los deportistas se mueven, mueven cosas o golpean a otro.
Todo para producir:
Pasar nueve horas teclenado letras en la computadora, decribiendo a una persona, ¿para convertirla en padreo madre?
Escuchar a esa persona -si es que la escucho ¿bien?- insistintieno de una tercamente en que puedo describir algo de ella o él sin estar más bien delatándome a mí mismo y a la bola de trajeados que me mandan a hacerlo, que ponen una cara de "¡qué importante es lo que hacemos!
Se trata de decir cosas sobre otro, a manera de verdades, cuando con mis palabras sólo hablo yo y de mí mismo, del trozo de materia hablante que es a lo que llamo mi cuerpo. Lo que otro dijo lo toca justo cuando lo dice, un instante después ya soy yo.

lunes, 7 de junio de 2010

¿Por qué hay que hablar?

Mi trabajo consiste en juzgar. Si mi juicio favorece al enjuiciado, éste se convertirá en padre o madre; puede ocurrir lo contrario.
Mi veredicto lo escribo en unas cuantas cuartillas -reporte lo llaman quienes me contratan. En él, se supone que expongo algo así como razones por las que fulano de tal es bueno para ser padre. Me pregunto si lo que quieren es que diga si las personas no están medio locas o si son potenciales asesinos.


Para hacer todo eso hay que hablar ¿por qué hay que hablar?


Les gusta que hable del pasado de mis enjuiciados, que ellos digan sus razones para ser padres, suponiendo que las haya. Mejor sería hablar de lo que sea.
Cuando yo comencé a hablar con mis padres, habré hecho, si acaso, un ruido que quizá se pareció a la palabra "mamá". Cuando ellos quisieron ser padres -no sé si en algún momento dijeron que querían- más bien dejaron de hablar.


Para hacer cualquier cosa, para trabajar hay que hablar y escribir.

viernes, 4 de junio de 2010

Sonidos y palabras oaxaca

Hay personas que por cuyo oficio -vendedores son los que yo he concocido- en sus peroratas de merolicos, en los discursos que usan para convencer a los pasivos compradores, dan sabor a sus palabras.
Viene la vendedora de quesos y yo simplemente observo el comercio -mi miedo hacia la gente me hace huir de los vendedores. Pero cuando ella dice "queso oaxaca", sus palabras las escucho más con mi paladar y ya es como si tuviera una quesadilla entre los dientes. Si dice "le vendo queso canasto", al no saber de este tipo como sé del oaxaca, ya me sabe la palabra canasto como a una nueva y deliciosa variedad de queso -que por supuesto la saboreo como a un oaxacanasto.
La señora de los quesos no habla con palabras sino con quesos y yo no escucho más con los oídos que con el paladar.
Los sonidos que utiliza para vender son sonidos oaxaca.
Sus sonidos saben delicioso.
Sus sonidos sirven para hacer quesadillas.